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AQUEL QUE NOS AYUDA!

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Salmo 121:                              1- Al contemplar las montañas me pregunto: "¿De dónde vendrá mi ayuda? 2-Mi ayuda vendrá del Señor, creador del cielo y de la tierra. Este Salmo es el segundo de quince Salmos que comprenden del 120 al 134, y se les llama en hebreo "Canto gradual" o "canto de las subidas" : Su título se debe a que eran cantados por los peregrinos que subían a Jerusalén , especialmente en las tres grandes fiestas del pueblo judío ( éxodo 23:14-17) ¿Saben que Jerusalén está a más o menos 750 metros sobre el nivel del mar y ellos debían subir por tipos de gradas o escalones? Imaginémosle subiendo para llegar allí.  ¿Cuánto tiempo les habrá insumido?  ¿Cuántas cosas habrán ocurrido mientras iban allá?  ¿Cuánta fatiga? ¿Cúantas veces habrán quedado sin aire? ¿Y cuando subían en familia?  Porque ellos no eran de tener un solo hijo por familia, como vemos aquí en Italia, o Europa ¡ no! Más hijos tenían, más felices y bendecid

¿PUEDO TATUARME?

  Hoy sentí que la inspiración del Espíritu Santo me guiaba a escribir sobre un tema tan  actual del siglo 21, y no solo actual entre los jóvenes, porque es ya, un tema social.
 En efecto, ha habido un cambio en la concepción social, en cuanto lo que se pensaba antiguamente sobre esta practica de Tatuarse.
 La sociedad, compuesta por todas las clases étnicas, culturas, religiones, etc. muestra un nuevo fenómeno social y es el tatuaje: aceptado e incorporado a ella.
 No visto ya, como algo despectivo , como lo era para algunos. 
Hoy la practica del Tatuaje, no solo por  quienes se lo hacen sino también, por quienes lo ejercen como una profesión, ha invadido todos los sectores de la sociedad.
Antes quien hablaba a favor del tatuaje, era mal mirado, hoy quien hace un comentario negativo sobre el tema como de quienes lo llevan, es cuestionado.
Un fenómeno social se produce cuando arrastra o invade todos los extractos o círculos sociales:
El  tatuaje es un fenómeno social.

Hoy no es exclusivo para  algunas personas o élite como mencioné. 
No lo hacen solamente los delincuentes, ni los cantantes de rock, los pertenecientes a sectas religiosas o a alguna otras practicas filosóficas;  tampoco no es del sector pesquero o de la marina como en un entonces, ni los rebeldes que protestan contra la autoridad; tampoco lo hacen solamente los que lo consideran una manera de expresarse, románticos que tratan de retener un tiempo especial en sus pieles, como ser el recuerdo de alguna persona muy significativa para ellos. 
No quedó exclusivo de los ricos, los pobres también pueden lucirlos, tampoco son únicos, de los que viven sumergidos en el mundo de la droga quienes lo exponen.

Los tatuajes han sido aceptados por todos: Adultos, jóvenes, adolescentes y aún niños quieren llevarlos y por cierto, algunos padres se lo han hecho, fingido o verdadero.
Profesionales o ignotos. Ricos o pobres. Religiosos o ateos. Hombre o mujer. Blancos o personas de color. No hay una causa por la que, quien así lo desee, no pueda tatuar en su cuerpo uno o varios diseños o cubrir totalmente su cuerpo con ellos. 
Como tampoco existen hoy tabúes o discriminaciones, si se puede decir así, en cuanto a los dibujos expresivos del mensaje que lleva la persona que se los hace, y que quiere hacer una manifestación pública del mismo.
En el mundo de este siglo, hay libertad en todo orden, en todos los ámbitos.

 El mundo es libre de hacer lo que quiera y como lo quiera, cuándo y dónde quiera.

 Ese es el tiempo en el cual nosotros estamos viviendo, un tiempo que nos prepara para romper todo lazo que quiera caer sobre nosotros y amarrarnos,  o limitar de cierta forma nuestra libertad (Salmo 2:3)

 -¡No tenemos dueños!- grita la voz del mundo.
¿Y quién nos es tentado a ser parte de esa libertad global?

 El hombre vivió con el sueño y la lucha de conseguir su libertad ante cualquier cosa, método, argumento o tipo de directiva sobre sus vidas.

Así que hoy lo normal y lo común, lo que rige es: No hay problema para tatuarte, si lo quieres: ¡Hazlo!

Y ahora vamos hacia el versículo que esperabas, a ése con el cuál lo pondremos a Dios, como el Juez malo y déspota que no quiere que sus criaturas aquí abajo, gocen de libertad haciendo lo que quieran.

 Así es, lo encontraremos en Levítico 19:28  " No se hagan heridas en el cuerpo por causa de los muertos, ni tatuajes en la piel. Yo soy el Señor"

Tengo para decir dos cosas antes de explayarme hacia otra.
 1- Esta regla o ley, emitida por el Dios Eterno, es una entre las que se viene diciendo, en los versículos que anteceden, sobre las exigencias de la santidad, o de la separación,  para los que eran parte de su pueblo.
 Aquí, Dios no está legislando para toda la creación.
 Como Dios Creador, él ha establecido leyes que regulan toda su creación y a todas sus criaturas, es por ellas y dentro de las mismas, que el mundo está establecido; lo sepan o lo ignoren, las acepten o las rechacen. Pero éstas, de las que hablaré,  "son exclusivas para su pueblo."
2- Como dije antes,  formaban y forman parte de sus estatutos (Los mandamientos, decretos y estatutos que amaba, y por los cuales vivía el rey David, quien tenía un corazón conforme al de Dios). 
No eran para nada ley para los pueblos vecinos. 
Justamente ellos practicaban todo lo contrario.
Pero como un Padre que se hacía cargo de sus hijos, Él instruyó, reguló, estableció, y separó, todo lo que era realmente bueno, de lo que se hacía en todo el mundo, para ellos.

Todo lo que les traería una verdadera libertad  espiritual, mental, física, y social.

Ahora sí quiero que veamos el contexto de este mencionado versículo que prohíbe de alguna manera hacer lo que hacía el resto del mundo. 


Y nos encontraremos con otras exigencias de parte de Dios a ellos, como por ejemplo, en el versículo de Levítico 19: 19 "- Cumplan mis estatutos: <No crucen animales de especies diferentes. No planten en su campo dos clases distintas de semilla. No usen ropa tejida con dos clases distintas de hilo>" 
Éste, como ya escribí en otra reflexión  (  semillas-de-una-sola-clase ) si se entiende literalmente, hasta el día de hoy estaríamos, como pueblo de Dios, vistiéndonos con prendas elaboradas y fabricadas en lugares especiales, y adquiridas solamente por nosotros, pero cuando en el Antiguo Testamento nuestro Dios habló,  dejó enseñanzas que sólo aquellos que las meditaban, podían llegar a entender y  recibir una renovación mental, fruto de esa comprensión oída de los  mandamientos, decretos y estatutos (Deuteronomio 4:6 )
 Notemos que expone tres ámbitos: el animal, el vegetal y el humano (no crucen animales, no mezclen semillas, no usen ropa de diferentes texturas) Dios estaba profundizando una manera de pensar en ellos, a fin que tal separación no fuera mecánica, sino razonada y sabia. 
El estar pendiente y prestar atención desde temprana edad   a estos hábitos, los diferenciaría del resto,  seguramente, pero el fin era que ellos, llegasen a desarrollar una mentalidad diferente al resto. 

Por otro lado, sabemos que el Antiguo Testamento era una sombra de lo que vendría.


 Y si bien nosotros como he leído en algunos comentarios acerca de este tema, no vivimos ya en la ley (Romanos 7) sino  en la Gracia de Jesucristo y siendo que ahora, Cristo es: nuestra justicia, santificación y sabiduría.

La mente de Cristo también es ahora, nuestra mente (2 Corintios  10:5 ) y su mente es la mente que Dios quería que su pueblo adquiriera a través de la práctica de sus mandamientos. 
Cierto  es y sabemos que el pueblo de Dios falló, así como fallaron nuestros padres Adán y Eva, de quienes tendríamos que heredar una manera de pensar elevada, conforme el grado de gobierno que Dios le había dado (Génesis 1:28) 
El pueblo redimido del Egipto debía adquirir o recuperar esta manera elevada de pensar (Isaías 55:8 )  y fracasaron también, no pudieron,  y tampoco  pudimos nosotros, viniendo de entre los gentiles; nuestra mentalidad estaba afectada por la caída, así como hoy la humanidad sigue afectada por la caída en su mentalidad, en su manera de pensar. 

"De nada vale todo lo que queramos hacer o decir desde una mentalidad caída, no estamos aptos para decidir o gobernar, ni nuestras propias acciones porque carecemos de la luz de una mentalidad renovada, de gobierno y de reino, que solo la pudo recuperar a través de sí mismo, para sus redimidos: Jesucristo, el Señor."

En Levíticos 19: 28  Dios  exige a su pueblo, que entren a un nuevo nivel de entendimiento que iba a venir para ellos.

 Ese versículo dice,  "que no hicieran tales cosas por causa de los muertos: heridas en el cuerpo o tatuajes, como los que no tenían a un Dios Eterno y vivo, que les hablaba y les manifestaba su poder sobre la vida y la muerte desde aquel tiempo."

 Y aquí hermanos entra la  revelación para saber ¿quienes son esos muertos, hoy?

 En ese tiempo eran aquellos que morían y aquellos que rodeaban al muerto, que  al no tener esperanza de resurrección como al ignorar qué cosa era la vida  o  qué cosa era la muerte, al ignorar qué  sucedia con los muertos después de la muerte, ellos se rasgaban y tatuaban a manera de rito o de dolor, tal vez de una manera fetichista, pero que de cierto no tenía nada que ver con Dios. 
Todo eso no tiene nada que ver con Dios, no pertenece a Dios y no es de su agrado ser pasado por alto en su persona para ignorar que los que mueren en Dios, solo duermen porque a ellos les pertenece la esperanza de Gloria, es decir la resurrección de entre los muertos. 
Pero hoy, esos muertos son todos los que están dentro de la mentalidad caída, cuyo espíritu está muerto.

Lucas 9:60 "Mas El le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; pero tú, ve y anuncia por todas partes el reino de Dios"

Aquel versículo nos habla hoy a nosotros; el pueblo de Israel con sus costumbres adquiridas por mandatos, en todos los órdenes de sus vidas nos hablan a nosotros hoy. 

Ellos prepararon con sus hechos dirigidos por Dios,  una mentalidad nueva, una mentalidad que estaba fuera del mundo, aunque en el mundo estaban. 

Nosotros vivificados por el Espíritu Santo, la hemos heredados  en Cristo Jesús. 

¿Podemos  tatuarnos? 
Sí claro, nadie nos lo prohibiría, sólo que ahora conociendo Cristo,  pero ¿Cuál sentido le darías?
Ahora es nuestra mentalidad renovada (Cristo), la que nos lleva a  no  someternos a lo que antes hacíamos por ignorancia y de lo que fuimos libertados.
Nuestra mente renovada nos lleva  a proseguir en la libertad que recibimos en Él,  para ya no ser esclavizados por las costumbres de los que no tienen esperanza, ni Dios, ni salvación, ni propósito, ni redención, con los cuales debemos tener el cuidado  y la misericordia, que tuvo Jesús para con nosotros. 

Si Cristo, nuestra Nueva Mentalidad, está en nosotros, ¿Nos tatuaríamos?
Siendo que ahora conocemos a Cristo y aún así nos tatuamos ¿qué significa?
Hoy tú decides, eres cabeza o eres cola, estás muerto o vives espiritualmente, gobiernas o eres gobernado.
 Tienes la mente de Cristo o todavía no has sido renovada tu mentalidad.

Dios te bendiga. 
Pastora Sara Olguin.

Comentarios

  1. Jueves 03 de octubre de 2019. Hora 03:22 Estimada Pastora Sara Olguìn. Dios le bendiga. La saludo y acuso recibo de su interesante material. Con afecto, Hugo.

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