MENSAJE A LOS RICOS

Si quieres ser más rico: ve y vende todo lo que posees y después : Ven y sígueme.

Mateo 19:16- " Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna?
 17- Él le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.
18- Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio.
19-Honra a tu padre y a tu madre; y Amarás a tu prójimo como a tí mismo.
20- El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta?
21- Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoros en los cielos;  y ven y sígueme.
22- Oyendo el joven está palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.
23- Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el  reino de los cielos."

Este Jóven que destaca en medio de todos aquellos que rodeaban a Jesús  en aquel momento, se presenta ante él con una pregunta: ¿qué debo hacer para heredar la Vida Eterna?

Qué distinto hubiera sido si preguntaba a nuestro Señor: ¿Qué me falta para amar más a Dios? Pero no, él se acercó con lo que había en su corazón y estas dos cosas fueron a las que le respondió Jesús.

Que tremendo tener una oportunidad de estar ante Dios, y errar en lo que vamos a decir,  a preguntar, o hacer. 

Hubieron otros como aquella mujer que se postró ante Él  con lágrimas y súplicas de arrepentimiento y adoración, derramando a sus pies el mayor tesoro que ella pudo hacer en la tierra, su perfume de alabastro. (Marcos 14:3)

Oportunidades que tal vez jamás se nos volverán a presentar y que rechazamos, desvalorizamos, ignoramos, no nos percatamos y las perdimos. 

Tal vez hoy dejaste pasar la oportunidad de estar con él, cuando te llamó a tu cuarto.

• Este Joven, quien tenía muchas posesiones, abrigaba un temor, como amante del dinero: perder la Herencia.

• Y una preocupación: qué más debía hacer de todo lo que había hecho en toda su vida para tener derecho de heredar la vida eterna.

El joven rico no quería perder esta oportunidad. ¡No podía perderla!.
 No sé si le importaba demasiado, pero era una herencia, y a las herencias no hay que desperdiciarlas.

Muchos cayeron en grandes conflictos familiares por interesarles la herencia más que al que dejaba la herencia.

Se vieron envueltos en divisiones, contiendas, injusticias y hasta sufrieron daños materiales por no examinar, si valía la pena la herencia, que se estaba repartiendo,  más que las relaciones que se podían perder.

Cuando se trata de la herencia a heredar, se manifiesta lo que se esconde en el corazón.

Entonces, aquello que reinaba en su corazón era el amor al dinero,  amor al patrimonio, amor a  las posesiones.
 El era rico, poseía mucho en la tierra, pero también quería como buen materialista la herencia del cielo.

Bien dijo Jesús  en el versículo 23 que es muy difícil para un rico, entrar en el reino de los cielos.
¿Qué se lo impide?
 Lo que ocupa su corazón: el Señor Dinero.

•  O sale él para que entre Jesús, o se queda ahí.

Pero no pensemos que solo puede ocupar el espacio del corazón, o que un corazón puede estar ocupado por el amor al dinero solamente, no, también lo ocupan otros amores de la vida: personas, objetos, intelecto, etc.

Así que lo segundo en importancia era: qué debía hacer para obtenerla.
Todo pasaba por una obligación, un deber. 
Si no lo haces, no tienes. Lo debes hacer, así que haz algo.
-Jesús, ¿dime que tengo que hacer para heredar la vida eterna?.
No le pregunto o se preguntó a sí mismo ¿soy un heredero de esta herencia? ¿Me pertenece? ¿Por qué  debería yo heredar la Vida Eterna?. 
Él ya debería saber que las herencias no dependían de lo que hiciera.
Pero tal vez su padre lo acostumbro a trabajar para tener, a luchar para alcanzar, a esforzarse para recibir. 
Padres que dicen: -¡Me traes todo hecho de diez o no te doy nada!

Él no se sentía parte de la familia de Dios.
Quién sabe que es hijo no anda esforzándose o preguntando qué más tiene que hacer,  y menos como por obligación, para heredar de los padres.

No anda preguntando: - Dime papá, ¿qué tengo que hacer para heredarte?

Sino que se deleita en ser amado y amar a esa persona, no a lo que tiene esa persona.

Que horrible que te amen por lo que tienes, qué horrible que te cuiden para heredar lo que tienes.

Me recuerda el Espíritu Santo al hermano del Hijo pródigo.
Éste amaba su herencia tanto como el pródigo que la pidió antes de que muriera su padre.
 La diferencia entre los dos fue que:
- uno descubrió que no amaba la herencia sino que amaba al padre, cuando esta desapareció, quedándole solo, el amor del padre.  Entonces lo valoro, y lo extraño.
-en vez el otro hermano, que aparentemente no amaba la herencia sino al padre,  (ya que jamás le  había pedido nada, a fin de que no disminuyese su parte) nunca hablaba con Él, no tenía relación, ( ¿qué es no tener relación? es no orar ni escuchar a Dios a través de las Escrituras, es no llevarle el apunte )  Todo lo que hacía dentro de la casa era, por obligación y por interés,  (tal vez por el que dirán) ya que la mitad que quedaba  era suya y no se perdería. (Lucas 15:11-32)

Recuerdan las hermanitas Marta y María, una hacía obligadamente, la otra disfrutaba siendo hija a los pies de su Señor.(Juan 11:1-44)

Quienes aman y son libres, todo lo que hacen no les pesa, porque no es una carga ni una obligación.

El ejemplo más claro es el amor de una madre: no es una carga asistir a sus hijos a la madrugada, cuando todos duermen y ella vigila el sueño, la fiebre, los pañales, la mamadera, el regreso de una salida, los ruidos en la casa, etc., etc. El amor de un padre: que sabe que no puede llegar tarde al trabajo, que no puede quedar sin trabajo, que aunque esté cansado debe ir al trabajo, por cuanto los suyos deben ser cuidados y provistos por él.
 Ambos, no lo hacen como carga, no es una obligación es un gozo que les trae satisfacción en sus corazones. Tal vez no en el momento pero si después cuando el mismo pasa, disfrutan el saber que lo pudieron hacer por sus hijos.
 Así deberían ser nuestros hechos para con Dios, un gozo, una satisfacción completa en el corazón.

Este joven no amaba a Dios. 
Cuando no amas, cumplir los mandamientos te será una carga, una obligación.

•  Él solo esperaba el día que ya todo terminase, así heredaba y  basta. Punto final a esa relación tan fastidiosa, de andar haciéndose el bueno delante de todo el mundo.
• Los que no tienen parte con la herencia de Dios no tienen ningún escrúpulo para conseguirla: sobornan, estafan, mienten, impostan identidades, etc. Porque no aman al que dejó la herencia, ni a los verdaderos herederos.

El amor a Dios, transforma, renueva, fortalece.
Cuando no amas: odias, fastidias, refunfuñas, te hastías y aburres, de todo lo que Dios pueda pedir, te sientes presionado, exigido, bajo control, limitado.

Ahora veamos la respuesta de Jesús.
1- Mateo 19:17b "Más si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos" y 19b "y, Amarás a tu prójimo como a tí mismo".

No eran necesarias más palabras, Jesús sólo hizo referencia a los mandamientos, porque si él amaba a Dios, el resto solo era consecuencia de ese amor.
Si el Joven amaba a Dios se interesaría por lo primero, pero carente del amor a Dios se interesó por si había algún mandamiento que él no hubiera cumplido.

Si quieres entrar en la vida... ¿Quién es la vida sino Cristo?, esto tenía que ver con el primer y más grande mandamiento Mateo 22: 37 "amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente" 
Este era el primer y más grande mandamiento que no estaba cumpliendo, porque no se puede practicar sin el amor. 
No puede ser hecho por la obligación. No te sale. Así que si no lo amas, como este joven lo pasas por arriba, lo omites.
La religión no lo tiene en cuenta. Nunca la religión expondrá el primer y más grande mandamiento, porque no lo tiene, no puede porque la religión no sabe amar..

Ahora Él va por lo segundo. Porque:  Hacer, es fácil, el Ser es difícil.
Para Ser debemos morir a nuestra antigua vida, para Ser debemos dejar todo lo que hicimos antes, todo lo que tenemos de antes, a todos los que forman parte de nuestra vida y ocupan nuestro corazón. 

Un corazón lleno de cosas no recibe Dios, porque él es más grande que cualquier otra cosa o  que cualquier otro amor humano.

Primero es el amor divino para que pueda existir el amor en la humanidad.

Primero Dios nos amó, por eso existe el amor en la humanidad.

Pero como la religiones y las filosofías están reemplazando a Dios, el hombre no puede conocer ese amor divino, y consecuencia de eso es lo que vemos hoy, en vez de amor en la humanidad cada vez se manifiestan más: la crueldad, la hipocresía (apariencia de piedad, de amor divino) la deshumanización, la indiferencia, el legalismo, el racismo, el homicidio, el aborto, etc.

Por eso el requisito más difícil para aquel joven y para cualquiera hoy es ir y vender,  y al producto de lo vendido darlo a los que les falta, a los que no tienen. 
El requisito más difícil para el que no ama al dueño de la herencia en el servicio, es servir.
El servicio a Dios es carga cuando no amas con toda tu alma, cuerpo y mente a Dios. 
El servicio a Dios, es obligación, pues el amar a las personas es un empeño difícil.

La herencia nos fue ya dada. Somos hijos.

Hijos que aman a su Padre o hijos que están en la casa trabajando inútilmente para hacerse ver, pero que lo hacen sin amor.
El segundo mandamiento no puede ser llevado a cabo con gozo si no restauras tu relación con Dios.
Si no te reconcilias con él no puedes experimentar su amor y su gracia.
El malhumor viene cuando te sientes rechazado y sin casa. Habitación e intimidad.
Pero no es la culpa de los otros. sino de no amar a Dios de la manera que requiere el primer y más grande mandamiento.
Cómo puedes amar a Dios, amando y recibiendo a su Hijo en tu vida, y entregandola a él.
La riqueza que Dios da a sus hijos por herencia son extravagantes
Efesios 1:8 
"Mi oración es que los ojos de vuestro corazón sean iluminados, para que sepáis cuál es la esperanza de su llamamiento, cuáles son las riquezas de la gloria de su herencia en los santos"

Por eso este mensaje es a los ricos para decirles que no hay riquezas más plenas y herencia más perfecta que aquellas que Dios puede darles, si reciben lo que Dios les ha enviado, a su Hijo Jesús, el Salvador y Señor, y en él todas las cosas, las de aquí y las del cielo que son eternas.
Pero como dijo Jesús en Mateo 10:25 "Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que el que un rico entre en el reino de Dios.

Con todo esto, y aún el testimonio de esta parábola del joven rico, hay muchos que para gloria de Dios han entrado.
Ojala tu también lo hagas.
Dios te Bendiga,
Pastora Sara Olguín