JESÚS ¿POR QUÉ NO ESTUVISTE AQUÍ?
San Juan 11:3- Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo. Las hermanas, Marta y María, enviaron un mensaje diciendo: ¡Señor, tu querido amigo esta gravemente enfermo! Pero nada más. ¿ Acaso le dijeron: - ¿Ven pronto? ¡No! Nosotros nos preguntamos porque no fue Jesús rápidamente a ver a su amigo, y si bien el resto del relato nos hace entender el Plan de Dios con Lázaro y esta enfermedad, también vemos las actitudes de “los que esperamos de Dios grandes hechos a nuestro favor, pero muchas veces, exigimos que lo hagan sin que nosotros hablemos, pidamos o le llamemos a nuestra situación, o a nuestras vidas.” Pensamos que Dios lo tiene que hacer sí o sí porque Él dijo que nos ama. Sí, su amor es tan profundo, ancho e inextinguible que no alcanzamos a comprenderlo, pero lo exigimos. No nos preguntamos o no n
Si nos ponemos a reflexionar en nuestras familias, en nuestros conocidos, en nuestra ciudad, en la humanidad encontramos que todos han sentido el dolor en un momento y han pasado por un tiempo de sufrimiento pero que distinto son las palabras del Salvador Jesús cuando dice: “!Ánimo, porque yo he vencido al mundo¡”, nadie más pudo ni podra decir algo así, soy joven pero algunas veces he pasado por un valle de dolor y hasta de sufrimiento, reconozco que muchas veces pase por ahí por malas actitudes, por las consecuencias de la obstinación, por resentimientos que por amor a Dios... Dios me ayudó a ver mis pecados y pude pedir perdón y perdonar, me fue sacando de esos posos de barro para seguir caminando, Jesús también sufrió pero para salvar, sobre el recayó el castigo para que yo tuviera paz, su cuerpo tubo llagas para que por ellas yo fuera sanado, derramo su sangre para que yo fuera perdonado, entregó su vida para que yo fuera salvo, su sufrimiento fue para que yo viviera... Creo que el sufrimiento por el reino de Dios, por amor a Dios es para vida pero es muy distinto a los otros, el gozo para seguir avanzando dará fuerza para llegar a la meta y lo que Dios tiene preparado es para vida de uno y muchos, Dios es Padre, él recibió con gozo al hijo prodigo cuando se arrepintió de sus pecados y se volvió a la casa del Padre, no es tarde para volvernos a la casa del Padre donde sea que estemos y vivir como se vive en su casa, vestido de justicia y dignidad, calzado de paz y viviendo con la dicha en el corazón de ser hijo de Dios. ¡Aleluya! Subamos a la casa de Dios con nuestras alabanzas celebrando el nombre de nuestro salvador: ¡Jesús!.
ResponderEliminarEstimado lector: Jedidías, Dios te bendiga y muchas gracias por haberte tomado el tiempo para leer, reflexionar y dejar una repuesta tan hermosa! Nos alegramos de que seas un Amigo de Casadepanblog!
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