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LA PODEROSA PERSONA DEL ESPÍRITU SANTO

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               2 Reyes 4 Una mujer había quedado  viuda y endeudada y con el riesgo de que sus dos hijos perdieran sus libertades. ¿Qué hizo? Llegó hasta lo último y luego clamó a Dios.  ¿Y de que manera clamó a Dios?  Visitando al profeta para hallar dirección de Dios para su vida. Así acostumbramos hacer muchos de nosotros, muchas de las veces en que nos encontramos en situaciones que llegaron al límite y ¿qué hacemos?  Esperamos hasta que el agua nos llegue al cuello para orar, y pedirle a Dios qué debemos hacer. Lo vemos con el pueblo de Dios en Éxodo 3:7   Esperó hasta perder sus libertades para clamar a Dios,  Así como en Jueces 6: 7 Aquí también vemos al pueblo escondido y lleno de miedo a causa de los Madianitas, pero que por último claman a Dios, para recibir dirección y ayuda.  Siempre sucedió así por causa de alejarse de Dios, de desoírlo, y de sentirse ellos sus propios dueños para hacer las cosas a su manera.  Dice  Jeremías 2:13 -Porque dos males ha hecho mi pueblo: me de

SOBRE UNA TABLA DE SURF

Mateo 14:28 "Respondiéndole Pedro, dijo: Señor, si eres tú, mándame que vaya a ti sobre las aguas."

Si Jesús nos soltará una Palabra como a Pedro, deberíamos ser capaces de mantenernos firmes, pasara lo que pasara, o se moviera aún, el mar de su lugar...
Aprender a surfear lleva su tiempo, dominar nuestro cuerpo y controlarlo para que no se caiga de arriba de la tabla de Surf, ni esta se de vuelta junto a nosotros, yendo a parar debajo de las aguas, no es fácil.

Quienes lo hacen han pasado un tiempo aprendiendo todas las técnicas, y perdiendo el miedo a cualquier situación de pánico ante las cada vez más grandes olas y abierto mar, donde son llevados poco a poco por sus maestros.
Lo mismo el Señor, quien caminó (surfeó) sobre las aguas, nos enseña. 
Su primer alumno fue Pedro, y nosotros le seguimos, pero a causa de que Jesús no quiere perdernos ni que nos perdamos en la inmensidad del mar, es que nos hace esperar hasta que logremos el equilibrio dado y madurado por el Espíritu y la Palabra, en nuestro hombre interior.
Así como los alumnos son llevados un poco a la vez más adentro, así el Maestro, cuando comprueba nuestro agarre a la tabla, nuestra destreza ante los vientos y nuestras templanza ante las olas gigantescas, nos va soltando una palabra más grande que la anterior.
Nos va cambiando la medida de la tabla y la distancia de la orilla hacia la profundidad del mar.
Cuando le pidas que te suelte una Palabra ten por seguro que tendrás que surfear con ella, más mar dentro  y ¡desafiar muchas más olas que con la anterior!
Dios te bendiga en este hermoso desafió que comenzó sobre el mar nuestro amado apóstol Pedro, imitando a nuestro ¡¡Maestro Jesús!!!

Pastora Sara Olguín.

Comentarios

  1. Como en cualquier deporte, los inicios suelen ser frustrantes porque, quien lo practica, no consigue alcanzar sus objetos más inmediatos. Esto se complica en el surf, donde el objetivo inicial es tan claro, ponerse de pie en la tabla mientras está en movimiento. Cuando no se consigue, la gente se frustra y abandona. Por este motivo, existen las tablas de iniciación.

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